El seguro de coche es obligatorio en nuestro país, y circular sin él supone enfrentarse a una sanción que puede incluir la pérdida del carné. Sin embargo, contar con uno no implica que todos los daños del vehículo o que todas las personas que viajan en él estén cubiertas ante un siniestro. Entonces, ¿en caso de accidente que cubre el seguro? ¡Hoy te dejamos todas las respuestas!
Índice
¿Qué cubre un seguro de auto o motocicleta?
Todos los seguros, con independencia de su modalidad, ofrecen la cobertura de Responsabilidad Civil, por ser obligatoria; también conocida como seguro de coche a terceros. Es lo mínimo que se exige para poder circular, ya que implica que si se produjera un accidente, la persona responsable del mismo se hará cargo de los daños que haya causado. Aquí se incluyen los datos a terceros, que pueden ser físicos o personales y materiales, incluso la indemnización al acompañante en el accidente de tráfico. Lo que se excluye, son los daños físicos o materiales a quien conduce.
Más allá de esta cobertura, lo que cubre un seguro en caso de accidente va a depender de lo que se haya contratado con la compañía aseguradora. No obstante, en la actualidad, la mayoría de modalidades del seguro de automóvil cubren la asistencia en carretera, los gastos de los tratamientos médicos, la defensa jurídica y reclamación de daños y la indemnización por invalidez absoluta y permanente.
Pero si quieres evitar sorpresas, lo recomendable es consultar siempre la letra pequeña o preguntar todas las dudas que se tengan antes de contratar una póliza. Lo ideal es tener claro qué es lo que se quiere cubrir y luego buscar una compañía que garantiza esas coberturas.
Coberturas ampliadas y seguro a todo riesgo
Aquellas compañías que no cubren todo lo que hemos mencionado en su póliza más básica, pueden incluirlas en las coberturas ampliadas. Esto es, que se pueden seleccionar como complemento a cambio de pagar una prima algo más elevada. También existe la opción de que sí se incluyan las anteriores, pero se ofrezcan otras extra, como la rotura de las lunas, los robos o los incendios. Su nombre pasaría a ser el de seguro a terceros ampliado.
Otra alternativa en la contratación es el seguro a todo riesgo, que es la opción más completa que ofrece una aseguradora, y en la que figuran los daños a terceros, los daños personales en un accidente de tráfico y los de su vehículo. Por ello, es también la que implica un coste más alto. Dentro de esta, se puede elegir entre la que tiene franquicia y la que no.
¿Y cuáles son las coberturas en un seguro a todo riesgo además de la Responsabilidad Civil Obligatoria? La voluntaria, que amplía la cantidad máxima por ley para cubrir los gastos a terceros; la asistencia en carretera y la jurídica; la cobertura por daños físicos o materiales a terceros, al conductor y al coche propio; el vehículo de sustitución (al menos en la mayoría de compañías); la rotura de las lunas; el robo y el incendio.
A grandes rasgos, si te preguntas quién asume los costes de los accidentes, todo va a depender de si la pregunta se la hace la persona responsable o una víctima y del tipo de cobertura que tenga contratada quien causó el accidente.
¿Qué no cubre un seguro en acaso de accidente?
Además de conocer qué cubre un seguro en caso de accidente, conviene tener claro qué es lo que no. ¿Por qué? Pues porque incluso cuando se tiene contratada la máxima cobertura, existe una serie de causas que pueden eliminar el derecho a cobrar la indemnización. Aquí entrarían los siguientes escenarios:
– Daños causados intencionadamente con el vehículo propio o a este por la persona tomadora o la asegurada, la conductora o la propietaria, así como cualquier familiar.
– Conducir en estado de embriaguez o bajo los efectos de cualquier tipo de droga o estupefaciente.
– Daños causados al vehículo asegurado cuando quien conduce no tiene un permiso o una licencia que le capacite para la conducción o cuando se quebranta una condena o sanción administrativa que anula o retira el permiso.
– Ante el delito de omisión de socorro.
– Daños por participar en apuestas o pruebas deportivas.
– Comisión de delitos dolosos contra bienes o personas o por haber mala fe en cualquiera de las personas implicadas o sus familiares.
– Falsedad intencionada o simulaciones en la declaración del siniestro.
– No tener la ITV en regla, sea causa directa o indirecta del accidente.
– Inexactitud en la declaración de riesgo.
– Daños causados por los objetos transportados, salvo cuando hay garantía de daños propios.
– Conducción, salvo previo acuerdo, por aeropuertos o puertos marítimos.
Asistencia médica en los accidentes
Una última cuestión es la relativa a la factura del hospital por un accidente de tráfico. Es decir, los gastos médicos. Cuando es necesaria este tipo de atención, de nuevo, todo va a depender de quién es la persona accidentada, si quien conducía y responsable o un pasajero. Pero debido a la Responsabilidad Civil Obligatoria, el coste sanitario no corresponde a la Seguridad Social, sino que quien lo asume es la aseguradora.
Para el control de la asistencia médica, existen convenios de colaboración que simplifican los trámites para cubrir los gastos de los ocupantes del vehículo asegurado, y que incluyen a la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA), el Consorcio de Compensación de Seguros y varias entidades sanitarias públicas y privadas.
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